Todos sabemos que tener un físico con bajo porcentaje de grasa es
necesario a la hora de la competición en natación. Estar con exceso de
peso es realmente una contra para el desarrollo de tu entrenamiento. Has
probado todos los métodos bajo el sol para eliminar grasa localizada,
pero no has podido sacar esa capa que te atormenta. Bueno, hermano, ten
un poco de fe y paciencia, e implementa las sugerencias siguientes.
Estos consumidores de grasa no sólo harán que tu vientre se derrita más
rápido que un barquillo de helado en plena playa, sino que tus
abdominales despertarán la envidia de los demás cuando sus novias
comiencen a mirarte con deseo.
Además, otra cualidad de estas
estrategias es que trabajan igualmente, lo mismo si comienzas con un
plan de alimentación para reducción de grasa, o llevas tiempo en ese
infierno donde perder tejido adiposo parece imposible.
1. CONSUME CINCO O SEIS COMIDAS LIGERAS.
A
pesar de las informaciones que afirman lo contrario, mucha gente aún
consume la mayoría de sus alimentos en dos o tres grandes comidas
diarias, a menudo pasando horas sin ingerir nada. Seguramente se pierde
peso, y grasa, con un trío de alimentos con calorías reducidas, pero no
puedes entrenar el organismo en la quema eficiente de grasa, lo cual es
vital para el mantenimiento de la pérdida de peso.
Un alimento o
merienda nutritiva cada tres horas aproximadamente ofrece numerosos
beneficios en la ampliación del metabolismo, estabiliza los niveles de
azúcar en sangre, asegura que los nutrientes adecuados estén siempre
disponibles, y ayuda a controlar los deseos de comer dulces y grasas.
También conduce a un almacenaje más efectivo de glicógenos en el hígado y
tejidos musculares, por lo que el cuerpo no canibaleará músculo como
fuente de energía durante la ejercitación.
Por tanto, divide las
comidas en dos y pon distancia entre ellas. Si tienes problemas para
programar momentos de alimentación extra en tu trabajo, prepara
alimentos con anticipación que puedas calentar en el microondas o
comerlos fríos.
2. NO TE DEJES GUIAR POR EL HAMBRE.
El
organismo humano es un poco materia de sincronización: cuando te dice
que necesita nutrientes, ya está en plena falta. Entonces, esos accesos
de hambre son los esfuerzos de último recurso del organismo para que
comas.
Debes anticiparte a la curva comiendo antes que te golpee el
hambre. Si estás presionado con el tiempo, considera lo siguiente: Una
comida puede consistir en una pechuga de pollo de cuatro onzas, una
patata pequeña hervida y una ensalada, lo cual requiere poco tiempo de
preparación y se puede cocinar la noche antes. Una cena puede ser tan
simple como una barrita de sustitución de alimentos baja en contenido de
azúcar, o un pequeño batido proteico y una banana.
3. POTENCIA CADA COMIDA CON PROTEÍNAS.
Si
bien comer cualquier cosa eleva el índice metabólico, las proteínas lo
incrementan al máximo. El pollo, pavo, carne vacuna, claras de huevo y
requesón son sólo algunas de las opciones que puedes elegir. Las
proteínas son la piedra angular del músculo, y mientras más musculatura
tengas, con más eficiencia tu organismo quemará la grasa.
El músculo
está metabólicamente activo, lo cual quiere decir que quema calorías
hasta en reposo. Por otra parte, la grasa no requiere calorías, sólo
existe. Seguramente no quieres que tu programa de pérdida de peso
implique disminución de tejido muscular. Una forma de minimizar tal
pérdida es asegurar el transporte de proteínas suficientes en dosis
relativamente precisas en el curso del día. Y para que el cuerpo haga
uso de esa proteína para construcción muscular, tienes que levantar
pesos regularmente.
4. PRÍVATE DE CARBOHIDRATOS.
Asumiendo que no eres diabetico
ni propenso a episodios hipoglicémicos, otra forma de mantener al
organismo fuera de equilibrio es disminuir la ingestión de carbohidratos
a 125 gramos por día durante 48 horas cada dos o tres semanas. El
organismo buscará fuentes alternativas de energía, rompiendo así su
ritmo homeostásico y acelerando el proceso metabólico. Como ha sido
desprovisto de glucógeno, el organismo utilizará rápidamente
carbohidratos del azúcar como energía cuando regreses a niveles normales
de ingestión de carbohidratos.
No puedes estar por debajo del nivel
de carbohidratos durante más de dos días ni ingerir menos de 125 gramos
diarios. Los carbohidratos son esenciales para el mantenimiento de las
funciones vitales del corazón y el cerebro. El agotamiento de las
reservas de azúcar puede volverte letárgico e irritable y tu
razonamiento se hace más lento, por lo que debes probar esta fase
durante los fines de semana, no en días de trabajo.
5. BEBE MUCHA AGUA
El
H20 es esencial para la conversión de proteínas y carbohidratos, la
traducción química de carbohidratos en energía no puede efectuarse
eficientemente sin grandes cantidades de agua. Y, según la publicación
Physiology of Sport and Exercise, no se pueden cargar las células
musclares con glucógeno o transportar aminoácidos al tejido muscular sin
la cantidad adecuada de agua. Para los principiantes, los esfuerzos de
ejercitación serán bien sufridos. Y más importante aún, la grasa se
moviliza a través de un proceso llamado hidrólisis, por lo que una
cantidad insuficiente de líquidos en el organismo obstaculizará la
disolución de grasa.
No esperes a estar sediento, pues las señales de
sed son la primera fase de la deshidratación, lo cual quiere decir que
ya es demasiado tarde. Debes estar hidratado todo el tiempo. Bebe a
menudo durante el día, y especialmente antes y durante una sesión de
ejercicios. Trata de beber al menos 10 tazas de agua diariamente, aunque
puedes consumir hasta un galón. Algunas personas llevan consigo un
recipiente de un galón, lo que les ayuda a mantenerse debidamente
hidratados.
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