Una dislocación en hombros
puede ser una lesión seria para un nadador adulto. Los músculos y sus
conectores que se encuentran dentro de la cápsula del hombro friccionan
al hueso contra una serie de cartílagos, generando malestar. La
inflamación resultante, hace que nadar se convierta en un acto muy
doloroso. Esto puede ser el principio de lesiones serias, que a la vez
pueden alterar la forma en que los músculos se mueven y la forma en que
reaccionan los nervios.
Intenta poner en práctica esta estrategia de tres pasos para mantener la inflamación al margen para que no limite tu trabajo:
Incorpora
esfuerzos adicionales a cada rutina de trabajo: No te concentres en un
esfuerzo a menos de que un problema de hombro suceda. El sobreesfuerzo
en espalda y pecho trabaja los músculos de los hombros diferente,
dándoles una sensación de descanso.
Agrega lapsos cortos o
rápidos al nadar en alguna de las rutinas: Esto hace que los hombros
trabajen a diferentes intensidades, y también que uses menos esfuerzos
por lapso. Es decir, por un esfuerzo extra, te lesionarás menos.
Fuera del agua, haz los ejercicios: De rotación de antebrazos que se muestran al pie de ambas páginas.
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