jueves, 20 de septiembre de 2012

La natación en los bebés

La natación es una actividad llena de ventajas para el desarrollo físico y psicológico de los bebés. Al momento de ingresar a una piscina con ellos, hay algunos detalles a tener en cuenta para que sea 100% disfrutable.
A diferencia de lo que muchos padres creen, no hay una edad establecida para que los niños comiencen a tener contacto con el agua y la natación. Desde el momento en que es cortado el cordón umbilical el niño ya está en condiciones de bañarse y desplazarse en el agua. Por los fuertes lazos que el bebé tiene con sus madre, es muy positivo que el niño tome las sesiones de natación las junto a su madre, independientemente que puedan haber profesores especializados.
Para que el bebé se familiarice con el agua y pueda disfrutar al máximo de la experiencia, lo más aconsejable es que la temperatura del agua no sea inferior a los 33 grados, así como también es importante no exponerlo a períodos superiores a los 20 minutos. La natación en los bebés tiene una gran cantidad de beneficios para el niño desde el punto de vista físico pero también desde lo psicológico. El agua y la natación permiten desarrollar una mayor capacidad cardiorespiratoria, fortalecer la masa muscular, desarrollar el coeficiente intelectual, ayudar a su socialización y a parte brinda al niño sensaciones de seguridad e independencia.
Si bien está demostrado que los niños comienzan a nadar y a aplicar las técnicas estrictamente de la natación en los bebés recién después de los 4 años de edad, igual pueden disfrutar del agua desde recién nacidos, ya que perfectamente pueden desenvolverse y guiarse de acuerdo sus reflejos naturales.

Algunas recomendaciones importantes en la natación en los bebésLa Natación en los bebés

Una vez que se está dentro del agua es fundamental no demostrar al niño ninguna sensación de miedo ya que eso puede llegar a inquietarlo y hacer que se sienta inseguro. Lo mejor es actuar naturalmente y disfrutar del momento: abrazarlo, hablarle, mojarlo de a poco para que el niño lo vea todo como un gran juego y se divierta.
A tener en cuenta:
- Hay que elegir siempre un horario en el que el niño normalmente no necesite dormir ni comer, lo mejor es siempre que no altere su rutina a la que está acostumbrado.
- No darle nada de comer antes de ingresar al agua.
- Luego de terminar el baño hay que secarlo inmediatamente, no exponerlo nunca a cambio climáticos demasiado importantes.
- Evitar que el bebé ingrese al agua si se encuentra con alguna enfermedad o síntoma por menor que pueda parecer.
- Concurrir a una piscina que demuestre hábitos de higiene adecuados ya que de lo contrario puede ser un sitio muy propicio para el contagio de enfermedades.

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