martes, 11 de septiembre de 2012

Entrenamiento de natación

El nadador debe realizar un esfuerzo permanente para potenciar la fuerza propulsiva que es capaz de generar y simultáneamente, disminuir las fuerzas que se le resisten. Para llevar a cabo este objetivo, el nadador debe emplear una serie de técnicas diferentes, dichas técnicas cumplen la función de impedir las lesiones. Una de las zonas que más frecuentemente sufre lesiones en el desempeño de la natacion son los hombros.

Observar un video del desempeño propio junto a un entrenador resulta invaluable para determinar los elementos que deben mejorarse en la técnica empleada.

entrenamiento-para-natacion

Los cuatro estilos de natación:

Los cuatro estilos competitivos son: el libre (crawl), espalda, pecho y mariposa. En todos ellos, el objetivo de la brazada está en culminar la carrera empleando el menor tiempo posible.

Los elementos que influyen en la velocidad de nado son dos: la longitud de brazada y la frecuencia de la misma.

La longitud de la brazada es la distancia que recorre el nadador con el impulso de una brazada. Se mide en metros por ciclo de brazada. Hay distintos factores que influyen en dicha distancia: la fuerza del nadador, las características físicas del mismo, la técnica que emplea para generar la propulsión y para minimizar la resistencia.

La frecuencia de la brazada: es la frecuencia con la que el nadador completa un ciclo con sus brazos. Se mide en ciclos por segundo o por minuto (ejemplo: 45 brazadas por minuto). La frecuencia está influenciada por varios factores: la fisiología del nadador, la mecánica de la brazada, el tamaño del nadador.

La velocidad estará dada por la frecuencia de la brazada en virtud de la longitud de la misma.

Si bien, la combinación de la brazada más larga con la mayor frecuencia daría la mayor velocidad de nado, en los hechos, los nadadores adoptarán diferentes combinaciones de estos elementos de acuerdo a la situación y a sus posibilidades.

El equilibrio y la estabilidad en el agua son elementos de importancia en todos los estilos. Un nadador capaz de controlar su postura tendrá mayor facilidad para impulsarse y patear más eficientemente. Al perder el equilibrio, deberá mover sus piernas y brazos de manera improductiva.

La estabilidad proviene de los músculos abdominales y lumbares que rodean la masa central del cuerpo. De este modo, el nadador que tenga buena fuerza en la musculatura central será más eficiente en el agua y correrá menos riesgo de sufrir lesiones.

La flexibilidad interviene en la capacidad de nadar eficientemente y evitar lesiones. La carencia de flexibilidad en los músculos de los hombros o en los pectorales dificulta la recuperación de los brazos y produce un estrés adicional en el hombro. Las áreas que requieren mayor flexibilidad son: los tobillos, los pectorales y la cadera.

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